Una parada para sentir,
una respiración donde soltar y recibir,
una invitación para ser consciente,
unos brazos abiertos,
un silenciarse para escuchar.
Es una semilla que fecunda en tu cotidianidad,
el corazón hecho palabra,
susurros para el alma,
un oasis en el desierto,
latidos con la voz del interior.
Instantes que traen sentido.